En la cocina hay que tener cuidado con nuestras acciones, pues en muchos casos cometer un error puede llevarnos a padecer alguna intoxicación alimenticia.
En el Restaurante Raíces Málaga tenemos muy en cuenta todas las acciones que debemos y no hacer en la cocina, para garantizar la calidad de nuestros platos y la salud de nuestros clientes.
El agua puede ser causante de muchas contaminaciones cruzadas y contribuir a la propagación de bacterias. Por eso hemos querido elaborar una lista de los alimentos que nunca jamás debes lavar.
- Huevos. La cáscara de huevo tiene una cutícula que ejerce de barrera entre la clara y la yema del huevo y la cáscara en la que se encuentran bacterias y salmonella. La presión del agua sobre los huevos puede hacer que se rompa esta cutícula y que el huevo se contamine.
- Carne.En la sangre de la carne se encuentran millones de microorganismos, que en contacto con el agua se pueden esparcir mucho más. Por ejemplo, una de las principales intoxicaciones y causante de millones de gastroenteritis en el mundo se debe a lavar las piezas de pollo.
- Pescado crudo. Al igual que sucede a la carne, los microorganismos del pescado se expanden si usamos agua para lavarlo. Si bien es cierto, que se puede usar agua para facilitar el quitarle las escamas.
- Productos congelados. Sumergir los productos recién salidos del congelador en la pila llena de agua caliente con el objetivo de acelerar su descongelación es una malísima idea porque lo que hacemos es favorecer el crecimiento de los microorganismos. Otra cosa sería echarlo sobre agua fría, que dependiendo de las condiciones puede no ser del todo incorrecto.
- Setas y hongos. Las variedades como los níscalos, los boletus o los champiñones pueden crear moho al lavarlos, así como coger un color verdoso. A la hora de cocinar, el haberlas lavado se notará en el sabor. Otras variedades menos carnosas si pueden ser lavadas porque en caso contrario quedarán muchos restos de tierra.
- Frutas peladas y frutos secos. Es recomendable lavar la fruta antes de pelarla, pero nunca después ya que le quitarías todas las vitaminas que contienen. Con los frutos secos lo que hacemos al lavarlos es hidratarlos, por lo que es un proceso contraproducente.
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