El queso es uno de los productos estrella que no deja indiferente a nadie. Si bien es cierto que su sabor a veces no gusta a todos los paladares.
Existen vinos que maridan genial según que tipo de queso, es normal que surjan dudas como, ¿Qué es mejor un vino tinto joven, una crianza o un reserva? Es hora de conocer cuales son las mejores combinaciones para potenciar este sabor.
El primer aspecto fundamental a tener en cuenta es que el sabor del queso debe ser menor o igual al del vino con el que se acompaña, para que no se camufle aroma.
Quesos de pasta blanda como Brie y Camembert
Los vinos ideales para su combinación son los blancos con crianzas, debido a que su acidez aporta frescura y sus habituales notas afrutadas equilibran su carácter gustativo. El Cava incluso podría funcionar, ya que no causará desequilibrio con el sabor.
Quesos frescos como Mozzarella o Requesón
La textura blanda con un sabor pronunciado a leche, suelen acompañarse de vinos dulces o salados. Si el queso fresco es acompañado con miel o mermelada, por ejemplo, hay que optar por los vinos dulces, mientras que, si va acompañado de frutos secos, lo ideal son vinos blancos secos.
Quesos de cabra y oveja como Payoyo o Manchego
Maridan con vinos secos y afrutados, ya que la densidad de la pasta de estos quesos es elevada. Por otra parte, los tintos de crianza con cuerpo e intensidad son la pareja perfecta para los quesos curados de oveja.
Quesos azules como Roquefort o Stilton
En este caso es imprescindible apostar por tintos maduros, de cuerpo envolvente y delicado y de aromas profundos, consiguiendo potencias este tipo de queso.
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